lunes, 26 de noviembre de 2007

7°Blog: “Certamen: Didáctica de la Estadística”

Los profesores actualmente al momento de evaluar ponen especial énfasis en lo conceptual, es decir, en los conocimientos que el estudiante pudo haber adquirido durante un cierto periodo de formación en un establecimiento educacional, olvidándose completamente de que también, al tener que evaluar deben hacerlo en cuanto a lo procedimental y actitudinal ; pues los contenidos mínimos obligatorios establecidos por el Mineduc hacen referencia a la tridimensión de los contenidos, los que deberían ser para todos conceptuales, procedimentales y actitudinales.

Con respecto al certamen de Didáctica de la Estadística, realizado el jueves 22 de noviembre del presente año, la profesora midió en nosotros lo que habíamos logrado entender e ideas textuales de las paginas leídas, es decir, nos evaluó sólo el “saber” adquirido al leer algunos textos y eso no es del todo correcto, pues muchas de las ideas expresadas en los textos y aprendidas (memorizadas) se nos van a olvidar con el correr de los días porque lo que se quiso medir con el certamen fue sólo teoría, provocando (creo que en la mayoría de los integrantes del curso) un aprendizaje memorístico y no significativo que es el que realmente importa.
Sinceramente creía que dicho certamen iba a ser muy difícil, ya que, compañeros de cursos mayores pertenecientes a la carrera de Pedagogía en Matemática y que habían pasado el curso de “Didáctica de la Estadística” nos dijeron que tan famoso certamen era demasiado difícil y que había provocado una masacre de rojos en ellos y que sólo como la quinta parte del curso logró notas sobre 60 puntos; sin embargo al momento de ver el certamen me percaté que tan difícil no era (espero que mi idea se refleje en la nota) pues en él sólo habían temas relacionados con los textos, algunos de los cuales comentamos en clases, o bien, nos tocó escribir de ellos en los blogs.

Yo no encontré tan difícil el certamen pero sí demasiado objetivo, pero no importa, porque creo que tan mal no me fue (supongo que tengo sobre un 50 ¡¡¡ojalá!!!...), no obstante, al momento de salir del aula en el cual lo estábamos resolviendo, muchos de mis compañeros se quejaron de que estaba demasiado difícil y de que para que les hubiese ido bien sólo tenían que haber memorizado. Fue un certamen humanista y no científico como lo es nuestra carrera a pesar de que la malla esté constituida por algunos ramos humanistas y otros de pedagogía.

¿Creen ustedes que el certamen fue un instrumento óptimo de evaluación? Cuestiónense ésta interrogante a partir de las ideas que he mencionado en éste blog.

Para todos los educadores la evaluación debe ser un “proceso continuo” y no un “suceso”. En la evaluación no se debe medir sólo el “saber” (lo conceptual) sino también lo procedimental (el “saber hacer”, es decir, unir la práctica con la teoría) y lo actitudinal (el “saber ser”, el como se relaciona el estudiante con quienes le rodean, los valores). Seremos en un par de años más formadores de personas y no de máquinas; no sacamos nada con formar un “ser perfecto” (que tenga muchos conocimientos) si no es capaz de desenvolverse como persona en el contexto que le ha tocado vivir.

Al momento que nos toque evaluar, no permitamos que nuestros discentes memoricen, sino que aprendan y como decía Ausubel y colaboradores (1983) “el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente” y si queremos que de verdad nuestros estudiantes aprendan debemos preocuparnos por sus intereses.

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